¿Por qué usamos la ironía?

Cómo tu quieras cariño…

¿Quién no ha dicho esta frase alguna vez?  Tod@s culpables.

LA RAE define la ironía como figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice. Lo primero hay que diferenciarla del sarcasmo o cinismo que tienen componentes negativos. No obstante, todas ellas, junto con los dobles sentidos o las metáforas, podemos englobarlas en este post, ya que funcionan de forma similar.

 ¿Por qué usamos la ironía?

            En ocasiones, simplemente es una forma más de humor, aunque muchas personas la utilizan como forma encubierta para expresar ideas u opiniones que no se atreverían a formular de manera franca y directa.

Parece un aspecto menor de la comunicación humana, pero es todo lo contrario. Su uso, inconsciente en ocasiones, es bastante habitual.

¿Irónico igual a inteligente?

            Aunque tradicionalmente se ha asociado a la inteligencia, las personas que sufren autismo o síndrome de Asperger (encuadrado dentro de los trastornos generalizados del desarrollo, CIE-10) son un ejemplo de que no es tan simplificable, ya que éstos poseen un cociente intelectual normal e incluso elevado, y no son capaces de detectar la ironía. Según algunos estudios tampoco captan el lenguaje no literal quienes padecen algunas lesiones cerebrales o alcohólicos crónicos ¿Y qué pueden tener en común estas dolencias tan dispares? Alteraciones en algún área de funcionamiento cerebral.

 ¿Quién o qué procesa cerebralmente la ironía?

            Recientes estudios revelan que son varias las zonas que se activan, tanto del hemisferio izquierdo como del derecho, lo cual viene a confirmar que el sentido figurado, lo procesan el área del lenguaje en sentido literal por un lado, y la zona cognitiva que estudia el estado emocional del hablante y activa la región empática para determinar las circunstancias de la situación.

Por tanto, si a alguien que le pasa algún acontecimiento desgraciado nos dice: ¡Hala! ¡Qué bien! ¡Vaya suerte la mía! Nuestra mente contextualiza la frase literal para determinar el sentido de la frase. Y esa es la fase del proceso de detección de la ironía que no se completa en los trastornos antes comentados. Las lesiones más relevantes son, según un estudio, las localizadas en la zona prefrontal del cerebro.

 

Tal como venimos diciendo, es necesaria información adicional al mensaje para detectar la ironía, información no disponible en la expresión escrita. Hasta hoy, esto no había sido un gran problema ya que el contexto formaba parte de la comunicación verbal pero actualmente con las nuevas tecnologías, internet, whattsapp y demás, los malentendidos se multiplican.

Por ello, algunas investigaciones se están centrando en crear algoritmos para descubrir la ironía en el lenguaje de las redes sociales o en comentarios web, poniendo así una herramienta más de marketing al servicio del usuario que permita resolver la ambigüedad y la comprensión y significado de un mensaje.

¿Y tú? ¿Usas la ironía?

 

Para profundizar:

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